Todo lo que existe bajo el cielo está sujeto a cambios. El ser humano cambia incluso cuando no quiere hacerlo. La diferencia entre los animales y nosotros es que nosotros podemos elegir cómo cambiar. La decisión consciente de prepararnos para el cambio, de la manera más armónica posible, es toda una transformación, un cambio de consciencia.
Los animales no eligen cuando usan su energía sexual, es el poderoso impulso de la naturaleza el que les incita a hacerlo. Usar sabiamente nuestra energía sexual es condición “Sin equa non” para una buena canalización energética. Canalizar nuestra energía es canalizar nuestra vida